La buena práctica profesional y la conveniencia de los juegos deportivos
2020
Español
El propósito del artículo es mostrar la conveniencia del juego y su relevancia tanto para los niños y jóvenes en la edad escolar como para las buenas prácticas deportivas. Los Códigos Deontológicos en el campo de la actividad física y del deporte, respaldados por la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor, resaltan el deber del profesional de reconocer las necesidades de los menores en todas sus etapas vitales y priorizar la diversión y los hábitos saludables.
Una de las necesidades vitales para todos los niños y jóvenes es mantenerse activo y aprender a través del juego que genera un tipo de ilusión que, idealmente, lleva al jugador a automotivarse y a aprender por su cuenta sin ser obligado. Los juegos abren un campo para sus participantes, en el cual pueden explorar sus opciones y tomar sus decisiones mientras están implicados en un movimiento dinámico que les reta a superarse y lidiar con los límites establecidos por las reglas.
Si están bien diseñados y adaptados, los juegos pueden convertirse en buenas prácticas que parten de las necesidades de los menores y les inician y forman en disciplinas deportivas complejas. Promueven la automotivación y la autonomía a través de movimientos dinámicos que generan en los practicantes la ilusión de seguir jugando y enfrentándose a las exigencias inherentes al juego. De esta manera, se abre un camino para las buenas prácticas que fomentan el desarrollo del menor acorde con su naturaleza, evitando caer en la sobreexigencia y la competitividad excesiva, por un lado, y en la sobreprotección y la laxitud pedagógica, por otro lado.